En tiempos pasados, se recomendaba ponerle guantes a los recién nacidos para evitar que se arañaran en la carita, o para que no tuvieran las manos frías, o para evitar se entraran las manos a la boca. Más tarde, se vio que esta práctica perjudicaba el desarrollo natural del bebé. En esta reseña te lo explicamos.
Todos los bebés tienen las partes más alejadas del cuerpo, manos y pies, frías. Es algo fisiológico y se debe a que el sistema que regula su temperatura corporal empieza a funcionar en el momento del nacimiento y aún está inmaduro. En cuanto a las uñas, estas pueden crecer y tenerlas largas. En ese caso, se pueden limar desde el primer día. Sus uñas son muy quebradizas, y por tanto, fáciles de cortar. Cuando ya tienen unos meses los bebés suelen ponerse la mano en la boca, eso forma parte de su desarrollo. Tienen una fase oral, que hace que exploren el mundo a través de la boca. Esto no tienen ningún inconveniente.
El sentido del tacto es el primer sentido que empieza a funcionar. La sensibilidad de su piel se encuentra muy desarrollada cuando tan sólo son fetos que ni alcanzan los 2,5 cm de longitud y no tienen todavía ni ojos ni orejas. Los niños ya provienen de un medio en el que estaban acostumbrados a la estimulación táctil del movimiento constante y, por eso, necesitan reanudar estos ritmos después del nacimiento. Sus manos cuentan con inmensidad de receptores nerviosos que le permiten conectarse con el medio extrauterino y así adaptarse de la mejor forma posible al mundo exterior, conociendo su cuerpo y el de su mamá en un primer momento.
Cuando el bebé estaba dentro del útero, normalmente usaba las manos para calmarse. Al nacer, se encuentra con un mundo nuevo el cual quiere descubrir mediante sus extremidades y si le colocan guantes, puede causar frustración e impotencia en el pequeño. A mayor cantidad de horas usando guantes, el bebé pierde la intención de relacionarse con el mundo exterior, descubrir objetos, reconocer a las personas y así mismo, a través del tacto.
Además, durante la lactancia sus manos tienen una función fundamental para que el bebé pueda tocar a su mamá, favoreciendo a que la leche salga más fácil. Así que no, los guantes no son realmente necesarios para nuestro bebé.
Las manos de tu bebé son su principal herramienta para experimentar sensaciones y nuevos estímulos. No uses guantes que le impidan comunicarse y conocer el nuevo mundo.